Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

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domingo, 22 de septiembre de 2013

Lo que dice la poesía




 
Los poetas no escriben sólo por escribir;
por qué salió el sol, por que llueve, hace frío o calor;
para no olvidar el abecedario, porque se les antoja o porque un amor se fue.
Escriben porque sienten y en su interior luchan las palabras con ansias de expresar.
Los poetas escriben con sentimiento y sienten lo que escriben.
No escriben simplemente por gusto aunque al lector le parezca que es así;
en sus letras está su vida, su camino, su proyecto y sus vivencias;
está el hombre y la mujer, está el poeta y la poetisa, está el verbo y la palabra.
Resumiendo en dos o tres palabras: Está la vida y está la poesía.
Por eso digo que el poeta escribe lo que siente y siente lo que escribe.
Yo no soy poeta, soy sólo un aprendiz, pero digo y escribo lo que siento

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