Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

De por qué te quiero



¿Por qué te quiero?
Por tantas cosas amor.
Te quiero porque llegaste en las letras,
porque trajiste primavera en otoño,
porque en tu nombre  había misterio,
en tu mirada esperanza y en tu voz calidez.
Te quiero porque permites que te quiera
y porque has aprendido a quererme,
porque sabes transformar el ímpetu en serenidad
y darle a la palabra sincera verdad.
Te quiero porque eres sentimientos,
que se desbordan en tolerancia y comprensión
y en la hora del romance en susurros y caricias.
Te quiero porque en el devenir de los días,
a pesar de los altibajos del camino,
con paciencia y sabiduría controlas mi locura.
Te quiero cuando estás ausente y más te quiero,
cuando en los momentos que me domina la incertidumbre,
con sosiego y paciencia me das seguridad.
Te quiero cuando estás y también te quiero cuando no estás.
Te quiero cuando voy y vuelvo y encuentro tu llamadas,
pero igual te quiero si no me has escrito y ni siquiera leído.
Te quiero porque traes en tu piel fuego de raza indómita,
en las líneas de tu cuerpo caminos desconocidos,
en tu labios tentación y en tu mirada pasión.
Te quiero porque eres bella en el quehacer del día,
en tus letras de versos sugerentes y de palabras sutiles
y te quiero porque en la fiesta de cuerpo y piel, eres fuego pasión.
Te quiero de madrugada en la hora de la alondra,
en la hora temprana cuando el día promete sorpresas,
también te quiero en la hora incierta de la tarde larga,
y con rabia y pena en la hora amarga del abrazo ajeno.

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