Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

Páginas de este blog

domingo, 22 de septiembre de 2013

Ella, él y el viento



—Él; ¿Vienes amor?
Ella: Tal vez mañana… hoy no… mejor que no…
—¿Y por qué hoy no, amor?
No, hoy no, no me siento bien, me confunde el rugir del Cierzo,
   enreda mis pensamientos y no distingo el norte del sur.
—¡Amor te estoy esperando, con café, música y una flor!
No, no me esperes, no voy a ir…
—Ven querida, no puedo soportar otra noche larga sin ti…
Espera amor, le voy a preguntar al soplo que viene del norte
—¿Dime qué hago con el café, el rock and roll y la rosa?
Ya se lo pregunté, pero no haré caso a lo que dice el viento.
   Con el café no sé, pero el rock and roll y la rosa…
   ven corriendo, sin detenerte, tráelos a mi casa,
   te estaré esperando con la chimenea ardiendo,
   leños para noche de amanecer intenso…
   y café caliente para los dos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario