Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Sólo para ti




Desde hoy sólo escribiré recuerdos
en los márgenes de versos viejos.
Dejaré abrazos suaves y algún beso tibio
en esquelas amarillas o en senderos perdidos.
Los abrazos y besos calientes que aún guardo
irán quedando en estas páginas de poemas nuevos
que espero pueda escribir mi teclado
y que sólo serán  para ti

Ni más, ni menos



Fue un tiempo hermoso
que duró lo que tenía que durar
Ni más, ni menos.
Ni mucho, ni poco.
Pero fue lo necesario para enamorarnos,
fue lo preciso para vivir el amor
y fue el tiempo justo… para incubar un adiós

Locura en poesía


 
Cuando la locura se hace poesía
se pierde la noción del tiempo,
se enreda el pelo en dedos inquietos
y se ven los sueños en el humo del tabaco.

Las palabras ajenas solo son murmullos
y las propias, truenos que trizan silencios.
La lluvia no moja, sólo humedece las rosas del alma
y la voz en los parlantes son los gritos de un sargento.

El café embriaga el cerebro y nubla el reloj,
las horas son pasos de un gigante con muletas
y los minutos una horda de hormigas intrusas
que devoran el azúcar del pastel de cumpleaños.

La luz eléctrica rasga la penumbra con magenta,
que succiona del artefacto que imprime los recuerdos
enredados en  las líneas del cuaderno azul y sucio,
que se esconde camuflado bajo las letras del teclado.

El  largo camino recorrido se hace un ovillo de cansancio
que busca el sueño escondido entre sábanas blancas,
mientras las ultimas estrofas escritas con dolor
se transforman en dardos que hieren con rabia la razón.

El silencio de la noche es música estridente y lacerante,
que por momentos se transforma en arrullos olvidados
y la luna intrusa en la ventana con vidrios de papel,
dibuja un pañuelo  que se pierde en la sombra de un adiós.