Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Caminos y camino


 
¿Cuál es el camino?
¿Qué camino?
El camino
¡Ah, el camino!
¿Cuál es el más hermoso?
El que está bordeado de flores
¿Cuál el más placentero?
Aquel que produce alegría
¿Cuál el más doloroso?
El de la despedida
¿Cuál el más esperado?
El del reencuentro

Y si todo eso es el camino ¿Cuál es el camino?
¿Qué camino?
¡Ah, el camino!
El camino es aquél donde nace, muere
y según y cómo, puede renacer el amor.

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