Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

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martes, 17 de junio de 2014

Viento vasco

Vicente Herrera Márquez
 
 
Vine siguiendo una estela de letras.
Al norte de los paralelos llegué.
Sin conocer a nadie, logré hacerme amigo del viento.
Cierzo, viento travieso hermano de raza indómita y
Amigo de este poeta errante llegado del sur.
 
Hicimos el trayecto verso y preguntamos por dónde,
El tiempo fue vida en tus ondas y me ayudaste a buscar.
Recorrimos llanuras, montañas y ríos.
Mientras las Lamias y alondras nos indicaban los rumbos.
Ora al este, ora al oeste o algunos pasos al sur.
Sin saber que el poeta buscaba
A  la Lamia más linda, a la reina de todas las  Lamias.

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