Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

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domingo, 22 de junio de 2014

Antes que arrase el huracán

Vicente Herrera Márquez
 
Antes que arribe el ciclón que me llevará a mi morada final,
con mis últimas alas, las que tú me diste, quiero  volar por mi viento final.
Seguiré el camino que la alondra trazó,  buscando un refugio escondido,
allá en tierras del norte, donde se cultiva el cereal y el olivo,
allá en el valle de espigas morenas que me alimentaron con el pan del amor.
Seguiré el viento que lleva el olor profundo de olivas,
envuelto en la fragancia que exuda  tu piel, tu boca y tu sexo.
Y antes que el huracán destruya mis alas cansadas y marchitas,
antes  que arrase con los nidos que abandonaron las cigüeñas
y antes que el frío transforme mis palabras en versos de estalactitas,
quiero llegar a tu puerta y dejarte mi último libro con versos para ti,
escrito, con ayuda del  Cierzo,  en los caminos vascos del norte de España.

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