Antes que las naves

Antes que las naves del corsario arrasen con mi puerto, tomaré mi saco de dormir, el cepillo de dientes, tu fotografía y partiré a recorrer los caminos agrestes de tu campiña, buscando el árbol que nos cobijó aquella noche de nuestro encuentro, buscando el arroyo que nos ayudó a despertar y sació nuestra sed, buscando el nido abandonado de aquellos pichones recién nacidos de la alondra que con trinos vistió de arpegios nuestro amanecer; buscando bajo las piedras del camino las palabras que aquella noche no encontré, cuando quise escribir mi mejor poema en la albura y tersura de tu piel.

Y espero que el tiempo me acompañe, que el frio no congele mis falanges escritoras, que los baches y piedras del camino no me hagan tropezar y caer; y que el viento del norte no entorpezca el caminar por los senderos de tu tierra.

Páginas de este blog

domingo, 22 de junio de 2014

15 de julio del año del amor

Vicente Herrera Márquez
 
Lo nuestro no requiere de un 14 de febrero,
tampoco de un día señalado en el calendario,
una fiesta  o una ceremonia con el nombre del amor.
Nuestros serán, aún con altibajos, distancias y adioses aparentes,
todos los días, con sus noches, que suman doce meses.
Aquellos días entre un verano del norte y un invierno del sur;
una noche que fue ocaso de lunes y amanecida de martes,
en un refugio escondido, allá donde anidan las cigüeñas.
En esos días se confabularon los versos con la noche de Navarra;
se unieron labios en beso sellando un conjuro de razas;
se humedecieron sábanas , con sudor de piel, de latitudes distantes
y al unísono en suspiros y  estertores de placer
una mujer y un hombre, tú y yo,  unidos con lazos de distancia,
en tu idioma y el mío conjugamos  el verbo amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario